miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Mercado del Mundo


(Sala de espera de un lugar de viajantes. Pierrot sentado ante una mesa llena de revistas. A su derecha, un viajero)

PIERROT (Leyendo la carta de A.Puñette. La dobla y la guarda cuidadosamente en un bolsillo interno de su traje blanco): Alcánceme aquella revista, por favor… No… Mejor, esa. 

VIAJERO: Esa revista está hecha trizas. 

PIERROT: Es igual, tan solo quiero ver la portada. 

VIAJERO: Está bien. Tome… ¿Se va a algún sitio? 

PIERROT: Sí 

VIAJERO: No le veo con maleta.

PIERROT: No la necesito

 VIAJERO: ¿Y la ropa?

PIERROT: Nada, solo un folio, pluma y tintero… ¿Dónde se dirige?

VIAJERO: Aún no lo sé. Acabo de coger número.

PIERROT: Pues debe haber muchos por delante de usted. No dejan de pasar viajeros cogiendo número.

VIAJERO: No tengo prisa.  ¿Cómo acabo aquí?

PIERROT: Sin hacer muchas preguntas, desde luego.

VIAJERO: No quería molestarle.

PIERROT: No quería. ¿Y ahora quiere?

VIAJERO: Ahora no.

PIERROT: Pues yo sí. Pregunte.

VIAJERO: Ahora no sé que preguntar.

PIERROT: Lo mismo que dijo antes.

VIAJERO: ¿Cómo llego aquí?

PIERROT: Lo desconozco. ¿Y usted?

VIAJERO: También.

PIERROT: ¿También qué?

VIAJERO: No sabría por dónde empezar.

PIERROT: Mejor eso que saber por dónde terminar.

VIAJERO: ¿Le gusta leer revistas?

PIERROT: Me gustan las portadas. 

VIAJERO: ¿Por qué esa portada y no otra?

PIERROT: Porque pone “Eternidad”

VIAJERO: Ahí no pone “Eternidad”. Solo hay un dibujo.

PIERROT: En ese dibujo lo pone.

VIAJERO: Sí usted lo dice…

PIERROT: Yo no lo digo, lo dice el dibujo.

VIAJERO: No para mí.

PIERROT: Pero sí para mí.

VIAJERO: ¿Y cómo explica eso?

PIERROT: ¿El qué?

VIAJERO: El no saber por qué está aquí.

PIERROT: Yo no he dicho que no lo sepa. He dicho que lo desconozco.

VIAJERO: ¿Qué diferencia hay?

PIERROT: Toda. Puedo no saber por qué vías circula mi sangre en un preciso instante, pero no desconozco el por qué.

VIAJERO: ¿Por qué?

PIERROT: Usted ya debería saberlo. ¿Acaso no sabe dónde está?

VIAJERO: ¿Dónde estoy?

PIERROT: Donde os subastan los caminos, y usted es la única moneda que necesitan. Usted y los otros viajeros.

VIAJERO: Debería dejar de leer tantas portadas y empezar a abrir alguna revista.

PIERROT: Ya sé lo que hay dentro de esta.

VIAJERO: ¿Lo sabe?

PIERROT: Sí. No me hace falta abrirla.

VIAJERO: Entonces no comprendo por qué la sigue mirando.

PIERROT: Yo no necesito que comprenda. Como tantos y tantos antes de usted, han llegado, han ocupado esa silla que usted ocupa ahora, y se irá dejando el rastro de sus últimos suspiros para hacerme sobrevivir un día más entre la sima que separa el deseo del desvelo.

VIAJERO: Nunca se moverá de aquí.

PIERROT: “Nunca” es una palabra muy mal inventada.

VIAJERO: Entonces jamás.

PIERROT: “Jamás” no cabe en la imaginación. Y todo lo que ella rechaza le corta un brazo a Atlas.

VIAJERO: No encontrará lo que busca.

PIERROT: “No encontrará lo que busca” dice el hombre que ni es humano ni es nombre. Sino el viajero que por no decidir llegó hasta aquí. El lugar donde los caminos se subastan los hilos que asienten y juegan a encadenarles con las palabras y su falsa moral. Usted está aquí porque no le importa a nadie más, y, especialmente, a sí mismo.

VIAJERO: No le creo.

PIERROT: Créame, o no me crea. Yo no soy quién agita el tambor del revólver de verdades o mentiras. 

(Se oye una voz artificial desde los altavoces que dice “Número 20938576903”)

VIAJERO: Creo que es mi turno…Me llaman…

PIERROT:  Sí, eso parece…Adelante… Pero ese camino que le espera no será más que un Fin con un “Erase una vez” de por medio.

VIAJERO: ¿A usted nunca le han llamado? 

PIERROT: Muchas veces. Y de muchas formas.

VIAJERO: ¿Por qué no acude?

PIERROT: Espero la llamada adecuada.

VIAJERO: ¿Cómo sabrá que es la adecuada?

PIERROT: Porque solo la oiré yo… Tenga cuidado y no olvide toser antes de irse.

(El viajero se levanta con las maletas y se va. Al cabo de un tiempo otro viajero entra y se sienta a la derecha de Pierrot)

1 comentario:

  1. Me ha encantado el diálogo. Sé que si se piensa bien es triste, pero he disfrutado siendo, por un instante viajero.

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